Yeleandri Quintero
Primeros Auxilios (Vendajes)
sábado, 17 de marzo de 2012
Normas generales en la realización de vendajes.
La ejecución de un vendaje adecuado, de un buen vendaje,
exige un entrenamiento previo y continuado; aún así, consideramos que podemos
realizar buenos y excelentes vendajes de todo tipo que mejorarán el problema
sanitario que presente el paciente, pero que nunca alcanzaremos la perfección
en el complejo ejercicio del desarrollo de nuestra profesión.
Antes de explicar algunos tipos de vendajes, expondremos
algunos principios generales en la realización de vendajes:
·
Lavado de
manos antes y después de cada vendaje.
·
Proteger
las prominencias óseas antes de vendarlas.
·
Utilizar
la venda más adecuada para los fines del vendaje.
· Iniciar
el vendaje sosteniendo el rollo de la venda en una mano y el extremo inicial
con la otra.
· No
iniciar ni finalizar el vendaje directamente sobre una herida o un área sobre
la que sea posible que el paciente ejerza algún tipo de presión (p.e. cara
posterior del muslo).
·
Vendar de
la parte distal a la proximal (de dedos a corazón).
· Vendar de
manera uniforme y firme, cubriendo 2/3 del ancho de la vuelta anterior. La
tensión y la presión deberán mantenerse iguales durante todo el proceso.
· En caso
de colocar un apósito, cubrirlo prolongando el vendaje unos cms. más en cada
extremo.
· Dejar el
extremo distal de la zona vendada libre para comprobar la vascularización,
movilidad y sensibilidad.
· Fijar el
vendaje con esparadrapo.
· Revisar
el vendaje y buscar signos de alteración de la circulación.
· Registrar
en la hoja de enfermería fecha, hora, tipo de vendaje y de venda utilizada y
demás observaciones pertinentes.
·
Vendaje
clásico en espiral:
Colocaremos la zona a vendar de manera cómoda para
el paciente y el enfermero, procurando que el área afectada no esté en contacto
con ninguna superficie. Antes de iniciar el vendaje se colocara la zona
afectada en posición funcional, tal como debe quedar una vez vendada. Se inicia
el vendaje por la parte más distal, para evitar la acumulación de sangre en la
zona vendada y facilitar el riego vascular; vendaremos de izquierda a derecha
facilitando, así, la labor del enfermero. El rollo de venda se mantendrá en la
parte más próxima al enfermero, evitando desenrollar de manera excesiva la
venda.
El vendaje debe ser aplicado con una tensión
homogénea, ni muy intensa ni muy débil. Bajo ninguna circunstancia el paciente
debe sentir hormigueo en los dedos, notarlos fríos o apreciar un cambio de
coloración en los mismos, después de haber colocado el vendaje.
Utilizaremos vendas del tamaño adecuado a la zona
que debe vendarse. El vendaje se iniciará con la venda ligeramente oblicua al
eje de la extremidad, dando dos vueltas circulares perpendiculares al eje,
entre las que introduciremos el inicio de la venda. Acabaremos también con dos
vueltas circulares y sujetaremos con esparadrapo.
Sólo se darán las vueltas precisas, la venda
sobrante será desestimada. Es muy importante, antes de iniciar el vendaje,
cubrir correctamente con vendaje algodonado o algodón todas las prominencias
óseas de la parte de la extremidad que vamos a vendar.
·
Vendajes
elásticos adhesivos:
Para
su colocación conviene seguir una serie de normas básicas:
·
Hay que
dar las vueltas necesarias con la tensión adecuada, pero es preferible aplicar
muchas vueltas con tensión moderada que pocas demasiado apretadas.
·
Cada vuelta
debe superponerse, al menos, en la mitad a la anterior para evitar la
separación del material.
·
Deberemos
inspeccionar el aspecto de los dedos por si presentan signos de deficiente
circulación (fríos o cianóticos) y preguntar siempre al paciente si presenta
parestesias o dolor en los dedos.
·
Cuando
realicemos este vendaje para un esguince leve de tobillo, deberemos seguir el
trayecto de los ligamentos que deseamos proteger, tensando ligeramente en esa
dirección.
·
Siempre
que sea posible se comenzará el vendaje por la parte más estrecha del miembro,
siguiendo en dirección ascendente.
·
Para la
correcta colocación de este vendaje deberemos ayudarnos de la mano con la que
no sostenemos el rollo de venda elástica, para fijarlo adecuadamente al
miembro, procurando que no queden pliegues al finalizar el vendaje.
·
Vendajes
enyesados:
Antiguamente se empleaba la lechada de yeso
(consistía en mezclar yeso ortopédico en polvo con agua tibia a partes iguales,
en la lechada resultante se mezclaban completamente vendas de linón ortopédico
y se realizaba la férula o el vendaje enyesado) también se utilizaron vendas de
yeso que se confeccionaban en el propio servicio. Estos procedimientos están en
extinción por razones de comodidad, económicas y de dificultad en su
realización.
Actualmente se utilizan vendas de yeso de confección
industrial; ofrecen garantía de calidad, tiempo de fraguado exacto, facilidad
en su manejo y almacenamiento.
Se suelen emplear en forma de férulas o valvas o
como yesos completos (estos los coloca siempre el médico).
Para conseguir una correcta inmovilización han de
incluir el foco de fractura y las articulaciones proximal y distal. La férula
suele emplearse como tratamiento definitivo en lesiones estables y/o no
complicadas o como paso previo al yeso completo cuando se prevea un edema
importante o la lesión pueda desplazarse o complicarse de algún modo o sea de
carácter quirúrgico.
Para confeccionar y aplicar una férula tendremos en
cuenta, de manera resumida, los siguientes puntos:
·
Se usa
una venda enyesada de fabricación industrial que se pliega sobre sí misma.
·
La
longitud se calcula por medición directa sobre la superficie a inmovilizar.
·
El grosor
ha de ser, aproximadamente, de 0,5
cm . (6 a
8 capas). Valorar hacerla más gruesa en algunos casos (niños inquietos,
pacientes que cargarán, etc.…).
·
Habitualmente
se coloca la férula en la cara dorsal del MS y en la cara posterior del MI,
para permitir una mejor movilidad de los dedos; siempre que no exista una
indicación expresa del médico (p.e.: colocar una férula antebraquial por la
cara palmar del antebrazo).
·
Previamente
a la aplicación de un yeso completo o una valva, la piel debe protegerse con un
vendaje tubular, papel pinocho, vendaje algodonado o algodón en rollo, teniendo
especial cuidado en la protección de las prominencias óseas: talones, maleolos,
muñecas, codos, etc.
·
La férula
o valva debe ajustarse exactamente al contorno del miembro sin dejar
rugosidades que puedan provocar lesiones por decúbito.
·
Por
último fijaremos la férula con venda, si es de gasa deberemos mojarla
previamente para evitar que encoja al contacto con el yeso mojado. Generalmente
solemos utiliza venda elástica hipoalérgica.
Como apunte final reseñaremos que cualquier inmovilización debe realizarse en la
posición más funcional posible, cercana a la actitud anatómica, a no ser que exista una indicación diferente por
parte del médico, por ejemplo, para inmovilizar una lesión del tendón de
Aquiles, el tobillo debe estar en equino (más de 90º) y no en ángulo recto.
Las posiciones funcionales de las articulaciones son:
·
Hombro:
codo en flexión adosado al tórax.
·
Codo:
flexión de 90º.
·
Muñeca:
extensión de 20º.
·
Metacarpofalángicas:
flexión de 90º.
·
Interfalángicas:
extensión o mínima flexión.
·
Cadera:
flexión de 20-30º.
·
Rodilla:
flexión de 20º.
·
Tobillo:
ángulo recto (neutro o 90º).
Procedimientos de vendajes:
Los diferentes modos de realizar los vendajes son:
Vendaje circular: Cada vuelta rodea completamente a la anterior. Utilizado para fijar el extremo inicial y final de una inmovilización, para fijar un apósito y para iniciar y/o finalizar un vendaje. es el que utilizamos para sujetar un apósito en la frente, en los miembros o para controlar una hemorragia haciendo compresión.
La combinación de unos vendajes con otros y la práctica adquirida por el profesional, es lo que hace el realizar un tipo de vendaje adecuado a cada lesión a la que nos enfrentemos.
Vendaje circular: Cada vuelta rodea completamente a la anterior. Utilizado para fijar el extremo inicial y final de una inmovilización, para fijar un apósito y para iniciar y/o finalizar un vendaje. es el que utilizamos para sujetar un apósito en la frente, en los miembros o para controlar una hemorragia haciendo compresión.
Vendaje en espiral: Utilizado generalmente en las extremidades; en este caso cada
vuelta de la venda cubre parcialmente (2/3) de la vuelta anterior y se sitúa
algo oblicua al eje de la extremidad. Se suele emplear venda elástica porque se
adapta mejor a la zona a vendar. Se debe iniciar el vendaje siempre de la parte
más distal a la proximal (de dedos a corazón).
Vendaje en espiral invertida o con doblez: Prácticamente
no se usa actualmente. Se requiere mucha práctica para adquirir la destreza
necesaria para su correcta colocación. Se usa en antebrazo o pierna. Se inicia
con dos vueltas circulares para fijar el vendaje, dirigimos la venda hacia
arriba como una espiral, se coloca el pulgar encima de la venda, se dobla ésta
y se dirige hacia abajo y detrás; se da la vuelta al miembro y se repite la
maniobra anterior, terminando el vendaje con dos vueltas circulares.
Vendaje en 8 (o tortuga): Se utiliza en
las articulaciones (tobillo, rodilla. muñeca y codo), ya que permite a estas
tener cierta movilidad. Colocamos la articulación en posición funcional y
efectuamos una vuelta circular en medio de la articulación y alternamos vueltas
ascendentes y descendentes hasta formar figuras en ocho.
Vendaje en espiga: Es el más
usado generalmente. Para realizarlo debemos sostener el rollo de venda con la
mano dominante y subir hacia arriba. Comenzaremos siempre por la parte más distal.
La primera vuelta se realiza con una inclinación de
45º en dirección a la raíz del miembro, la 2ª sobre ésta con una inclinación
invertida (45º en dirección contraria a la anterior), la tercera como la
primera pero avanzando unos centímetros hacia la raíz del miembro… así, en un
movimiento de vaivén, se completa el vendaje, que al terminar queda con un
aspecto de “espiga”.
Se acaba el vendaje en una zona alejada de la
lesión y se sujeta con esparadrapo. Como siempre, se dejan los dedos libres y
se vigila la aparición en éstos de hinchazón, cianosis o frialdad. En este
caso, se afloja o se retira el vendaje.
Vendaje de vuelta recurrente: Se usa en las
puntas de los dedos, la cabeza y muñones. Después de fijar el vendaje con una
vuelta circular se lleva el rollo hacia el extremo del dedo o muñón y se vuelve
hacia atrás: Se hace doblez y se vuelve a la parte distal. Al final, se fija
con una vuelta circular.
Vendaje en guantelete: En forma de guante que cubre la mano y los dedos por separado.
La combinación de unos vendajes con otros y la práctica
adquirida por el profesional, es lo que hace el realizar un tipo de vendaje
adecuado a cada lesión a la que nos enfrentemos.
Tipos de vendas:
Una venda es una tira de lienzo utilizada para
vendar. Difieren en tamaño, en la composición y en la calidad del material.
Aunque podemos improvisar una venda a partir de una sábana, una toalla, o
cualquier otro tejido, lo más común, práctico y cómodo es utilizar las vendas
fabricadas específicamente para usos sanitarios. Nombraremos las más usadas en
nuestro servicio, remarcando que en otros centros pueden usar las mismas u
otras dependiendo del servicio de compras respectivo.
·
Venda
algodonada: se trata
de venda de algodón fabricada de forma industrial (velband) en rollos de 7, 10
y 15 cm .
de ancho. También se utiliza algodón convencional cortado en rollo. En
fracturas abiertas solemos utilizar algodón esterilizado.
·
Venda
elástica adhesiva: posee una cara con pegamento. lo que facilita su fijación. No debe
aplicarse directamente sobre la piel si existen problemas alérgicos, de piel
delicada o varices, colocando en estos casos otro vendaje de gasa o de celulosa
(papel pinocho). Es el llamado tensoplast y su tamaño es de 4,5 m . x 5 cm . y 4,5 m . x 7 cm .
·
Venda
elástica: se
distingue por su elasticidad. También se llama
hipoalérgica. Se fabrica entretejiendo algodón y fibras sintéticas elásticas;
es muy útil si se necesita aplicar presión. Es la indicada cuando el vendaje se
aplica en las extremidades porque facilita el retorno venoso. Es la llamada
Crepé E y existen en diferentes tamaños.
·
Venda de gasa orillada o
malla hidrófila: (texpol). Es la venda de
gasa. es la de uso más común. fabricada en algodón, está indicada
principalmente para fijar apósitos. Su calidad y características vienen
determinadas por la calidad y cantidad de hilos por cm. cuadrado. Son delgadas,
ligeras, blandas y porosas y de diferentes tamaños.
·
Venda impregnada en
materiales: que después de su humidificación se solidifican y permiten
realizar un vendaje rígido, como el enyesado. También existen diferentes marcas
y tamaños de este modelo de vendaje. A modo de anécdota diremos que en otras
épocas y según la impregnación, se denominaban: almidonado, dextrinado,
silicatado y gelatinado.
·
Vendajes tubulares: existen
diferentes tipos según su utilización:
*De algodón
extensible, tamaño de dedos hasta tronco (tubinet, tubinlex*…), También existe
el de algodón de malla (ideal para la cabeza). Generalmente son contentivos.
*Compresivo para
soporte y rehabilitación, formado por algodón (83%) y fibras sintéticas (hilo
de látex 9% y poliamida 8%). Permiten vendar desde extremidades de niños hasta
troncos gruesos. Las marcas comerciales son tubigrip, torval-press, tubilast, entre
otros.
Tipos de Vendajes.
→ Tipos de vendajes mas funcionales y comprensibles a efectos prácticos:
- Vendaje blando o contentivo: usado para contener el material de una cura o un apósito.
- Vendaje compresivo: utilizado para ejercer una compresión progresiva a nivel de una extremidad, de la parte distal a la proximal, con el fin de favorecer el retorno venoso. También se usa para limitar el movimiento de alguna articulación en el caso de contusiones y esguinces de grado I, por ejemplo.
- Vendaje rígido: para inmovilizar completamente la parte afectada (vendaje de yeso).
- Vendaje suspensorio: sostenedor del escroto o la mama.
- Mención aparte merece el VENDAJE FUNCIONAL que es una técnica específica de vendaje que permite mantener cierta funcionalidad de la zona lesionada sin perjuicio de la misma. El vendaje funcional es una especie de traje a medida.
Aplicado como una técnica terapéutica, pretende
limitar selectiva y mecánicamente la movilidad de una articulación en el
sentido del movimiento que afecta a las estructuras lesionadas de los tejidos
periarticulares. Con el vendaje funcional se colocan los diferentes elementos
orgánicos en posición de acortamiento, lo que a su vez proporciona, además de
una acción antiálgica, una protección real contra la posición patológica así
como ante la reproducción del mecanismo lesional.
Con este tipo de vendaje se pretende limitar y
disminuir los movimientos que producen dolor, así como descargar, en lo
posible, las tensiones a las que están sometidas las fibras músculo-tendinosas
lesionadas. Como vemos, pues, por su definición esta técnica la podemos
utilizar tanto en el campo terapéutico como en el preventivo.
Existen diferentes modos de realizar el vendaje
funcional, dependiendo del uso que se le vaya a dar, no es lo mismo vendar el
tobillo de un deportista de elite, que debe jugar un partido importante, que el
de otra persona que no va a realizar un esfuerzo físico de la misma magnitud, o
de aquella a la que se le retira un yeso después de un proceso de
inmovilización por un esguince o fractura. En el primer caso se almohadillan
las prominencias óseas, se protege la piel y se realiza el vendaje. En los
demás casos puede no ser necesario.
Podemos diferenciar tres técnicas en función de los
materiales empleados:
- Técnica elástica: se utilizan vendas adhesivas, elásticas en sentido longitudinal y bielásticas (longitudinal y transversal).
- Técnica inelástica: utilizamos vendas de material inelástico, esparadrapo tipo “tape”.
- Técnica mixta o combinada: utiliza materiales de la dos anteriores. Con las tiras de tape conformamos los anclajes y estribos y con las vendas elásticas cerramos el vendaje.
Las estructuras anatómicas implicadas en un vendaje
terapéutico deben ser colocadas en posición antiálgica de reducción y reposo,
posición que debe mantenerse durante todo el tiempo de realización del vendaje,
ya que, de lo contrario el vendaje se vuelve ineficaz aunque sea muy estético.
Por lo tanto, las indicaciones del vendaje funcional son las siguientes:
* Prevención de laxitudes ligamentosas.
* Distensiones ligamentosas de grado I y II.
* Pequeñas roturas de fibras musculares.
* Como descarga en las tendinitis.
* Después de la retirada de yesos.
Otra posible utilización es como medida preventiva
cuando un paciente presenta numerosos episodios de lesiones idénticas con el
fin de evitar recidivas (son frecuentes los casos de lesiones musculares y
tendinosas). Deberemos tener en cuenta que este tipo de vendaje funcional
preventivo no se debe realizar de forma sistemática y repetitiva, puesto que
asegura una estabilidad pasiva que a su vez hace que el sujeto dependa del
vendaje y lo expone aún más a la posible lesión.
En general son contraindicaciones del vendaje funcional las lesiones graves que requieran una
inmovilización estricta:
* Grandes roturas tendinosas, ligamentosas y
musculares.
* Fracturas óseas.
* Heridas importantes y quemaduras.
* Alergia al adhesivo, hipersensibilidad de la
piel.
* Enfermedades de la piel como psoriasis.
* Trastornos neurosensitivos importantes.
* Insuficiencia venosa grave.
Las articulaciones susceptibles de realizar un
vendaje funcional son: el tobillo, la rodilla, la muñeca y las articulaciones
metacarpo falángica e interfalángicas.
Generalmente, en el Hospital Clínic Universitari de
València se utiliza para proteger los tobillos con la técnica mixta y el
procedimiento consiste en colocar unos anclajes de esparadrapo de tela, para
evitar la deformidad, a nivel de la pantorrilla y en el antepié, se colocan las
tiras de tape en la dirección de los ligamentos que queremos proteger y
siguiendo su trayecto, procurando que las tiras no se unan por la cara anterior
de la pierna. Lo completamos con venda elástica adhesiva con vueltas circulares
hasta al menos 20 cm .
por encima de los maleolos.
Conceptos básicos para el correcto manejo del paciente.
La herida: es la pérdida de continuidad de la
piel que causa la comunicación entre el exterior y el interior. Lesión que
produce falta de integridad de los tejidos blandos. Como consecuencia de la
agresión de este tejido existe riesgo de infección y posibilidad de lesiones en
órganos o tejidos adyacentes: músculos, nervios, tendones, vasos… Son
producidas por agentes externos, como un cuchillo o por agentes internos, como
un hueso fracturado. Pueden ser abiertas o cerradas, leves o complicadas.
Podemos clasificarlas como:
- Incisas o cortantes.
- Contusas.
- Inciso-contusas.
- Punzantes.
- Perforantes.
- Colgajo: SCALP.
- Arrancamiento o desgarro (amputación).
- Aplastamiento.
La hemorragia es la salida de sangre del
interior de los vasos sanguíneos (venas o arterias). El hecho de que la sangre
sea arterial, venosa o capilar va a implicar que esta tenga una u otra
manifestación, tanto en la forma de salida de la sangre como del color de la
misma.
- Venosa: color oscuro que sale de forma continúa.
- Arterial: color rojo vivo que brota a borbotones (como una fuente).
- Capilar: color rojo vivo que sale de forma continúa a modo de sábana.
La contusión es la lesión producida por la fuerza
vulnerante mecánica que se produce sin romper la piel y causa magulladuras o
aplastamientos y que puede ocultar otras lesiones internas.
→ Clasificación:
- Contusión simple: enrojecimiento de la piel sin más complicaciones (p.e. bofetada).
- Primer grado o equimosis: rotura de pequeños vasos que dan lugar a un acumulo de sangre que se sitúa en la dermis.
- Segundo grado o hematoma: la sangre, extravasada en mayor cantidad, se acumula en tejido celular subcutáneo (chichón).
- Tercer grado: muerte de tejidos profundos, al cabo del tiempo, por falta de aporte nutritivo.
→ Ante una
contusión debemos:
- Inmovilizar la zona afectada y elevarla.
- Aplicar frío local (vasoconstricción).
- No pinchar los hematomas en principio.
- Valorar por personal médico para descartar lesiones internas.
La fractura es la rotura o la pérdida de
solución de continuidad de la sustancia ósea. Pueden ser simples o cerradas (la piel se encuentra intacta) o complicadas o abiertas (existe una herida comunicada
directamente con la fractura). Siempre produce dolor, deformidad e impotencia
funcional.
Dependiendo
de que la rotura ósea sea total o parcial, se clasifican en completas, ambas corticales están
rotas, e incompletas, sólo está afectada una de las corticales.
La luxación es el desplazamiento anormal y
permanente de los extremos óseos de una articulación. Cuando la pérdida de
contacto no se produce de forma permanente o es incompleta se llama subluxación.
La fractura-luxación se produce cuando una articulación
se ha luxado y uno de sus componentes óseos se ha fracturado.
El esguince es la rotura completa (grave)
o incompleta (leve) de un ligamento o conjunto de éstos, responsables de la
estabilidad de una articulación. Existen tres grados:
- Grado I: distensión ligamentosa.
- Grado II: rotura parcial.
- Grado III: rotura completa.
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